Bad Bunny apareció recientemente en la revista Vogue Italia y durante la entrevista reveló que fue monaguillo de la iglesia católica, fue parte del coro y creció creyendo en Dios.
“Pienso que cada uno debe creer en lo que quiera pero yo crecí en un contexto católico”, dijo el cantante urbano y continuó, “De pequeño, era monaguillo y cantaba en el coro. Crecí con la idea inconsciente de la existencia de Dios, del Diablo y de todas esas historias. Ahora que soy mayor, trato simplemente de tomar las cosas positivas que aprendí, tanto de la religión como de casa, de mi madre”, aseguró Benito Martínez Ocasio, el nombre real del cantante. Tengo esta filosofía: no rezo, pero sé que mi madre, mi abuela y mi tía lo hacen por mí”.
De hecho, su canción “Ronca Freestyle” muestra un poco de esas raíces católicas con las que Benito creció.
“Me mantengo fiel a Dios, por eso es que me premia”, escribió en la canción. “Mira hasta dónde ha llegado. Y to’ lo que tengo es porque Cristo me lo ha dado. Amén”, escribió el cantante.
A pesar de las canciones del artista, que contienen letras que se han considerado sexistas por parte de los grupos feministas, o demasiado sugestivas, el cantante asegura que ha sido Dios a quien le debe ese éxito.
“Fueron días maravillosos. Al final lo hacía gratis, pero Dios me ha recompensado”, aseguró el cantante de 30 años.
Un hombre normal
Además, el también actor aseguró que trata de llevar la vida de una forma muy normal fuera de los reflectores, sin complicarse demasiado.
“Voy a la playa, a lugares donde nadie puede molestarme. Paso mucho tiempo en casa con mi familia, salgo a tomar una cerveza con mis amigos, hago cosas bastante simples”, dijo el puertorriqueño.
“Trato de no pensar mucho en eso, en general no pienso mucho en el mañana”, respondió cuando se le preguntó sobre cómo se prepara para una intensa gira, tras terminar The Most Wanted Tour con más de 50 fechas en Estados Unidos y con un histórico número de entradas vendidas pues sus conciertos en Salt Lake City y Los Ángeles, los cuales registraron la mayor venta de boletos de la historia.
“El concepto detrás del show proviene de mi último disco. La parte de música clásica, la más pomposa, representa cómo me siento ahora, mi posición en la industria, en la música y en la vida. Los escenarios del viejo Oeste, en cambio, cuentan mis inicios en el barrio, haciendo trap y cantando en la calle. Hay un poco de mis dos naturalezas en este espectáculo. Es como revivir lo que ha pasado desde que empecé, ya han pasado 8 años. El tiempo pasa muy rápido”, aseguró el cantante, quien fusionó el glamour de su presente con la sencillez de su pasado en su última gira.
